El hombre desarrolla el comercio en su búsqueda de nuevas rutas para intercambiar mercancías, al hacer esto fortalece los sistemas de transporte necesarios para este intercambio.
Desde el siglo XII se fortalece el intercambio marítimo de mercancías entre este y oeste. Europa utilizo también las rutas marítimas con África y Asia.
El Bajo Imperio Romano era considerado el centro del comercio entre Oriente y Occidente. En Constantinopla, Alejandría y Venecia se daban el mayor numero de transacciones comerciales y marítimas entre continentes.
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